Riesgos de la mala calidad del aire en viviendas y remedios para mejorarla
Con la caída de la calidad del aire que respiramos, no sería raro que te dieran ganas de salir a la calle con una mascarilla. Llegado ese extremo, tampoco estaría de más dejársela en la propia vivienda puesto que el ambiente en interiores tampoco es de lo más saludable. Lo habían advertido ya las autoridades estadounidenses y, ahora, un estudio acaba de concluir que el humo de los tubos de escape contamina al mismo nivel que productos de uso diario, como limpiadores o cosméticos. ¿Quieres saber a qué riesgos te enfrentas y cómo mitigarlos? Te lo contamos y te damos algunas pistas para que, una vez en casa, respires tranquilo, con todo lo que esto supone.
La calidad del aire en el hogar y sus riesgos.
En ocasiones, la calidad del aire en el interior de las viviendas en mucho más pobre de lo que podrías llegar a imaginar. De hecho, se estima que la concentración de compuestos orgánicos volátiles (COV) en interiores puede multiplicar por diez la de la calle. Es, al menos, una de las conclusiones a las que ha llegado la NOAA, la administración oceánica y atmosférica de Estados Unidos, en un reciente estudio sobre contaminación del aire.
El asunto es preocupante, al margen de alarmismos infundados. Hay consenso entre expertos y administraciones en que la contaminación es ya uno de los cinco riesgos ambientales más severos para la salud. Para añadir más matices, los COV representan a su vez la mayor amenaza de la contaminación del aire. Y, ¿de dónde proceden? Del transporte, sí, pero también de cualquier producto que incluya químicos con derivados del petróleo. No son pocos. Tintas de impresora, pesticidas, pero también adhesivos, productos de limpieza o de cuidado personal, perfumes incluidos, son algunos de los que forman parte de esta lista.
Qué empobrece la calidad del aire de una vivienda.
Los ‘lo tengo-no lo tengo’ que hayas anotado mentalmente entre los productos enumerados anteriormente te dan una idea de lo que está empobreciendo la calidad del aire de tu vivienda. Sin embargo, ni siquiera con ellos la fotografía es completa. ¿Entra la contaminación del exterior cuando ventilas? Pues sí, es indudable que ahí hay otro añadido, pero no es el único.
Y es que, a las fuentes de contaminación anteriores, se suman otras muchas que, incluso en algunos casos, obedecen a hábitos a mejorar o a desterrar. Entre estos últimos, el uso de ciertos productos industriales para la limpieza del hogar o el gusto excesivo por los ambientadores, por ejemplo.
Pero aún hay más, y es que a los contaminantes químicos se suman otros, como los electromagnéticos que se derivan de un exceso de radiaciones. Junto a los anteriores, tampoco se escapa del interior de cualquier hogar la contaminación biológica. La presencia de moho en las zonas más húmedas de una vivienda, los ácaros que campan entre las sábanas, o las bacterias de todo tipo, son una constante en ambientes de interior.
Medidas para limitar la contaminación en viviendas.
La situación descrita no es tranquilizadora, pero refleja la realidad de la gran mayoría de hogares, oficinas y otras zonas de interior. Un aspecto positivo es que, aunque lograr un ambiente 100% limpio no es un objetivo realista, el margen de mejora es amplio. Adoptarlas es importante, especialmente si se repasan los potenciales efectos de la exposición prolongada a la contaminación. Asma, alergía o bronquitis son solo algunos, y no de los más graves.
Para prevenir estos riesgos en lo posible, algunas medidas con las que mejorar la calidad del aire del hogar son las siguientes:
- Ventilar. Es una pauta imprescindible a incorporar en el día a día para descargar el ambiente. En las áreas en las que la ventilación natural se complique, se puede plantear la instalación de un purificador de aire.
- Cambiarse de zapatos al llegar a casa. Te podrá parecer excéntrico, pero es una de las medidas básicas para limitar la presencia de bacterias en el hogar. Estudios recientes han cifrado en más de 421.000 las bacterias presentes en el exterior de los zapatos. Entre ellas que no es raro detectar algunas como el E.coli.
- Pasarse a la limpieza sostenible. Como se ha comentado, echar mano de productos químicos para limpiar tu hogar puede jugar a favor de la desinfección, pero en contra de la calidad del aire y, también, de la sostenibilidad ambiental. Por ello, sustituir los limpiadores convencionales por alternativas para la limpieza ecológica ayudará. Si decides avanzar en este terreno, no dudes en aprovecharlo para combatir el moho, uno de los contaminantes biológicos más frecuentes en el hogar. El vinagre, el bicarbonato, el limón y la sal son algunos de los aliados caseros más eficaces para luchar contra el moho.
- Poner remedio contra los ácaros. Teniendo en cuenta que, solo en la cama, los ácaros se cuentan por cientos de miles, la lucha en este terreno no será fácil. La higiene y medidas preventivas como evitar hacer la cama hasta que el sudor esté seco, ayudarán. Otra posibilidad la ofrece la limpieza con aspiradores con filtro HEPA.
- Renovación consciente del mobiliario. Aunque esta medida no estará al alcance de todo el mundo, puede mejorar el ambiente interior, y mucho. La pintura de tus paredes, las lacas, el acabado de los muebles o sus adhesivos son, en parte, causantes del empobrecimiento de la calidad del aire de los hogares, por lo que tener esta alternativa en la recámara no estará de más.
- Dale un toque verde a tu hogar con plantas que purifican el aire. Esta es una de las soluciones más sencillas y, al tiempo, más eficaces contra este problema. El lirio, la begonia, el crisantemo o la margarita son algunas de las especies más recomendadas para lograr ambientes de interior más saludables y respirables.
“Cuanto más bajos sean los niveles de contaminación del aire, mejor será la salud cardiovascular y respiratoria”. Lo advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS), que incide en el severo riesgo que entraña la exposición permanente a la contaminación. Por ello, dar el paso y velar por mitigarla en lo posible, al menos dentro del hogar, será una apuesta por el confort pero, sobre todo, por la salud en el medio y largo plazo.