(Español) Cómo preparar tu jabón artesanal de aceite de oliva

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El aceite de oliva, del que España es el máximo productor mundial, tiene reconocidas propiedades como alimento pero, también, para el cuerpo. Usar habitualmente un jabón fabricado a base de este producto puede suponer un importante aporte para la piel, como reconstituyente natural y como hidratante, entre otras cualidades. Si quieres aprovechar estos beneficios te contamos cómo preparar tu propio jabón artesanal con aceite de oliva.

¿Qué necesitas para hacer jabón de aceite de oliva?

  • 1 litro de aceite de oliva.
  • 134 gramos de sosa cáustica.
  • 0’35 litros de agua destilada si optas por el método caliente o 0’28 si lo haces en frío.

Además, te hará falta lo siguiente:

  • Una balanza electrónica.
  • Cucharas de madera.
  • Envases resistentes a la sosa.
  • Envase de acero inoxidable para el proceso de saponificación, que es la reacción química que permite fabricar el jabón.
  • Un medidor de temperatura para el horno.
  • Una licuadora.
  • Recipientes plásticos o de madera.
  • Guantes de plástico, mascarilla y gafas de protección. Todo esto es imprescindible para manipular la sosa cáustica sin riesgos para la salud. Para mayor prevención, es recomendable realizar todo este proceso en una zona con buena ventilación.

Jabón de aceite de oliva casero: primeros pasos.

Lo primero que tendrás que hacer será verter el agua en un recipiente de acero inoxidable e introducir en ella después la sosa cáustica con mucha precaución. Remueve la mezcla con una cuchara de madera hasta que quede todo disuelto. La temperatura debe rondar los 80º.

A continuación, retira del fuego el recipiente y deja que enfríe hasta que la temperatura baje prácticamente a la mitad, hasta los 45º.

Mientras, calienta el aceite en otro recipiente hasta que alcance los 45º, momento en el que debes apartarlo del fuego para unirle la mezcla que habías dejado ventilando. Utiliza una cuchara de madera para ayudarte.

Para que no quede ningún grumo, puedes meter la mezcla en una licuadora, de manera que quede totalmente lisa. Cuando esté en ese punto, será el momento de la saponificación. Aquí, el procedimiento cambia si optas por el de caliente o por el de frío.

Siguientes pasos para crear el jabón en caliente.

Si eliges el proceso en caliente, en este momento tendrás que introducir una cacerola con la mezcla en otra mayor en la que se calentará al baño maría. Asegúrate de que este proceso se realiza a fuego lento, de manera que el agua no hierva nunca. Supervisa de tanto en tanto cómo va el producto, utilizando siempre una cuchara de madera.

Tras aproximadamente dos horas, la mezcla debe haberse vuelto semitransparente, además de contar ahora con una textura algo pegajosa. Cuando esto ocurra, retira la cacerola del fuego y deja que enfríe.

El último paso será introducir la mezcla en moldes y, una vez esté lo suficientemente sólida, contar los trozos de jabón. Antes de usarlo, tendrás que dejar tu jabón casero reposar en algún lugar fresco de tu vivienda durante un par de meses.

Jabón de aceite de oliva con proceso en frío.

El proceso en frío es algo más sencillo y, además, muchos creen que es recomendable por favorecer que se mantengan las propiedades del producto que se emplee como base, en este caso el aceite de oliva.

Volviendo al momento en el que la mezcla quedaba lisa en la licuadora, tendrás que depositarla directamente en moldes, por ejemplo de silicona. Envuélvelos a continuación en mantas viejas, para que mantengan la temperatura y la vayan perdiendo muy poco a poco.

Transcurridas alrededor de 48 horas podrás cortar el jabón casero. No te olvides de usar guantes para realizar esta operación. Deposita los trozos en paquetes o en papel y deja que maduren durante un par de meses antes de empezar a utilizar tu jabón artesanal.

Añade tu toque personal al jabón de aceite de oliva.

Si quieres darle a tu jabón artesanal de aceite de oliva un toque personal, por ejemplo añadiéndole algún aceite esencial, el momento de hacerlo será inmediatamente antes de pasar la mezcla a los moldes. Remueve bien los ingredientes una vez introduzcas la lavanda, la canela o el producto que hayas elegido y que, una vez tu jabón esté listo, impactará sin duda en su fragancia.