(Español) Opciones para la limpieza sostenible de suelos de cerámica que evitarán su deterioro
Los suelos de cerámica figuran entre los más frecuentes tanto en interiores como en exteriores. Aunque, por lo general, no son demasiado complicados de limpiar, sí pueden resentirse con el uso de determinados limpiadores industriales, en especial de aquellos que sean más ácidos y que, por ejemplo, derivarán en una pérdida del brillo inicial. Para evitarlo, la limpieza sostenible y casera ofrece alternativas respetuosas con el medioambiente y con este tipo de suelos, además de eficaces.
De hecho, con productos tan habituales en cualquier hogar como vinagre, alcohol y agua, puedes mantener en perfecto estado cualquier tipo de suelo de cerámica, sea esta de gres, de porcelana o de cualquier otro tipo.
Sin embargo, sí será recomendable emplear el limpiador casero adecuado a la tipología de la superficie, por lo que lo primero que tendrás que hacer será, básicamente, determinar si tu suelo es de pasta compacta o de cerámica porosa. En el primer caso se encontrarían los de gres y porcelana. Al segundo, sin embargo, corresponderían los de mayólica o los de terracota, por ejemplo.
Para la limpieza ecológica de los suelos de cerámica compacta, limita la que hagas día a día o de manera más habitual al fregado con agua caliente. Si lo que necesita el suelo es un repaso más profundo, entonces tendrás que fregarlo con una mezcla a base de agua, vinagre y alcohol. Si empleas litro y medio de agua, tendrás que añadir dos cucharadas del resto de productos.
Esta misma combinación casera servirá para suelos de cerámica porosa que, en este caso, puede necesitar una gota de detergente. Para el mantenimiento de estas superficies será determinante que realices una tarea adicional. Aproximadamente cada mes, añade a tu friegasuelos casero una cucharada y media de cera de abeja o de un producto análogo (la cantidad dependerá de la proporción de agua hayas empleado). Con esta simple operación habrás dado un paso de gigante para que tu cerámica esté más protegida y brillante.
Pero, ¿y si estos remedios no funcionan porque el suelo está muy deteriorado o porque las manchas se resisten a desaparecer? En este último caso, el de las manchas difíciles en suelos de cerámica, puedes aplicar sobre ellas jabón natural, por ejemplo de Marsella, y bicarbonato. Posteriormente, se puede limpiar todo el suelo con el limpiador casero descrito, pero reforzando la presencia de alcohol, vinagre y cera. Así, suma algo menos de una cucharada más de cada uno de ellos.
Si el problema es el deterioro severo, una alternativa es el uso de aceite de linaza. Tras aplicarlo por todo el suelo, tendrás que hacer lo propio con la cera de abejas que, acto seguido, tendrás que pulir con un paño suave o con cualquier otro método que no sea agresivo con estas superficies.