Cómo limpiar el lavavajillas con remedios caseros y sostenibles
Aunque no siempre se caiga en ello, el lavavajillas, ese electrodoméstico que usamos para limpiar algo tan fundamental como la vajilla, tiene también que ser sometido de manera periódica a un repaso severo si no queremos que la higiene se vea comprometida. Para ello, la opción fácil es acudir a limpiadores de lavavajillas industriales que, por lo general, tienen su efecto (negativo, claro) en el medioambiente e incluso sobre la salud. Por ello, te explicamos algunos métodos para limpiar el lavavajillas con remedios caseros y sostenibles que, además, serán sencillos de aplicar y muy efectivos.
Limpieza sostenible del lavavajillas paso a paso.
Frente a los productos que puedes adquirir en el mercado para mantener al día tu lavavajillas, con la opción casera no vas a necesitar más que dos de los productos básicos de la limpieza doméstica sostenible: el bicarbonato, imprescindible como alternativa a los limpiadores industriales, y el vinagre blanco, un multiusos clásico cuyo efecto antibacteriano ayudará mucho en esta operación.
Aunque estos son los dos elementos fundamentales que vas a necesitar para garantizar la limpieza de tu máquina para lavar los platos, también puedes combinarlos con limón o cítricos en general, así como con aceite esencial de árbol de té.
Primer paso: limpiar el filtro del lavavajillas.
Si llevas tiempo sin limpiar el lavavajillas es posible que empieces a notar que no funciona como antes. La presencia de pequeños restos de comida en tus platos y menaje finalizado el ciclo de lavado será el indicador básico de que el repaso a este electrodoméstico ya no puede esperar más.
Así, el primer paso en este proceso será extraer el filtro y eliminar manualmente cualquier resto que contenga. Una vez lo hagas, introduce la pieza en agua bien caliente con vinagre blanco. Si quieres conseguir un efecto aún más potente, puedes agregar un puñado de sal.
Deja el filtro en remojo durante alrededor de media hora para, acto seguido, darle un repaso con un cepillo de dientes viejo o con una esponja. Hazlo de manera concienzuda, pero delicada, para evitar que la pieza se dañe.
Cuando termines, podrás devolver el filtro a su lugar. Para ello, obviamente, tendrás que asegurarte antes de eliminar cualquier presencia de alimentos en la zona en la que tendrás que ajustarlo.
Segundo paso: limpiar el lavavajillas.
Llegado este punto, las partículas de alimentos en tus platos y vasos habrán pasado a la historia. Sin embargo, con eso no acaba todo, puesto que a fuerza de restos de comida y, como no, de humedad, el lavavajillas puede convertirse en el hábitat idóneo para bacterias y hongos.
Por ello, no pierdas de vista el vinagre, porque también le darás uso en este punto, combinado, eso sí, con bicarbonato y, si quieres tener aún más garantías, con aceite esencial de limón o de árbol de té.
Con lo anterior, este proceso se divide básicamente en dos partes. La primera consistirá en espolvorear vinagre en el interior del lavavajillas. Una vez esté bien empapado, será el momento de frotar con una esponja absolutamente todos sus componentes. En este repaso, no te olvides del brazo giratorio. Esta pieza no solo acumula suciedad. Además, si no está bien limpia la dispersará a todos los elementos que introduzcas en el lavavajillas.
Finalizada la operación anterior, vierte en el lavavajillas un vaso de vinagre. Con ese producto puede ser suficiente, si bien puedes agregar medio vaso de bicarbonato y unas gotas de aceite esencial de limón o de árbol de té.
Con eso, pon el lavavajillas en marcha durante un ciclo completo tras el que habrás acabado con las bacterias y otros organismos y, de paso, con la cal, gracias al efecto del vinagre.
Tercer paso: mantener el lavavajillas.
Aunque es importante realizar una limpieza a fondo de forma periódica, una fórmula para garantizar la higiene de tu lavavajillas y, al mismo tiempo, para espaciar un poco más el repaso a fondo del electrodoméstico pasa por la prevención. Para ello, las siguientes pautas te ayudarán:
1. Eliminar los restos de comida antes de meter los cubiertos, platos u ollas en el lavavajillas. Si vas a utilizar agua, no te olvides de que este es un recurso limitado. Por ello, en vez de dejar correr el grifo plato a plato, puedes llenar un recipiente y aprovechar el agua para enjuagar toda la vajilla.
2. Mantener el lavavajillas abierto durante unos minutos después del ciclo de lavado para combatir la humedad y, con ello, mantener el moho lejos de tu electrodoméstico.
3. Limpiar el filtro de tanto en tanto puesto que es una de las partes en las que se acumula más suciedad.
Con todos estos consejos, no tendrás problema para mantener tu lavajillas completamente limpio, sin costes para el medioambiente o para tu salud, y de forma más económica que con opciones industriales. Además, si te animas a extender estos métodos al resto del hogar, existen multitud de recetas caseras para la limpieza ecológica que te permitirán desde limpiar el horno sin productos tóxicos, hasta crear tu propio multiusos casero.
Con Simple Green también puedes limpiar el lavavajillas, te contamos como:
Instrucciones:
En caso de duda, haga siempre una pequeña prueba en la mancha primeramente.
- Al limpiar la suciedad difícil, humedezca previamente la superficie.Esto ayudará a que Simple Green penetre en la suciedad y facilite su limpieza.
- Aplicar la solución Simple Green. Dejar el producto en remojo durante un minuto más o menos para que la suciedad y las manchas de grasa se disipen.
- Frotar en caso necesario. Frotar con un cepillo suave o un paño no abrasivo proporciona agitación, lo que ayudará a eliminar la suciedad y garantizará una limpieza absoluta y una superficie sin residuos.
- Enjuagar con agua limpia. Enjuagar limpiando con una esponja de microfibra humedecida o un paño no abrasivo para garantizar una superficie sin residuos. Las superficies en contacto con la comida y con mascotas se debe enjuagar con abundante agua limpia.
- Secar y abrillantar con una esponja limpia de microfibra, un paño no abrasivo o toallitas de papel.
Para conseguir superficies reflectantes, acabados brillantes, y vidrios y metales abrillantados, este paso final dejará una superficie sin marcas y una limpieza resplandeciente.
Recomendación de dilución.
Suciedad difícil.
Derrames de grasa, restos de comida pegados, superficies sucias, aceite de cocinar, lápiz, etc.
- Aplicar Simple Green sin diluir.
Limpieza diaria moderada.
- Diluir aproximadamente 28 g de Simple Green en 1 vaso de agua.
Limpieza suave.
Polvo y huellas sobre superficies reflectantes o muy brillantes.
- Diluir aproximadamente 28 g de Simple Green en 4 vasos de agua.