Pautas imprescindibles para lavar los zapatos en la lavadora

¿Se pueden meter los zapatos en la lavadora? Es la clásica duda cuando el calzado necesita un buen repaso y el tiempo no sobra como para dedicárselo a su limpieza a mano. Y la respuesta es que sí, pero con peros. El fundamental, que tendrás que seguir ciertos pasos para que la operación no se traduzca en desperfectos para tus prendas o para el electrodoméstico. Por ello, compartimos las pautas imprescindibles para lavar los zapatos en la lavadora sin que sufran daños.

Regla de oro: etiqueta del calzado y material.

Es, sin duda, la regla de oro antes de iniciar cualquier operación de limpieza del calzado que implique meterlo en la lavadora. Por ello, el primer paso que tendrás que dar será examinar a fondo la etiqueta que, en muchos casos, encontrarás tras la lengüeta. Si, en ella, el fabricante desaconseja el lavado a máquina, ya no habrá trucos que valgan y, directamente, tendrás que optar por la limpieza a mano, que es siempre más exigente en tiempo y en esfuerzo.

Para que te hagas una idea del tipo de calzado con el que podrás tener problemas para el lavado a máquina, los fabricantes de lavadoras suelen dar el visto bueno a las zapatillas de lona o a las tipo deportivas (de nuevo, siempre que se sigan ciertas pautas). A su vez, vetan de entrada el lavado a máquina de zapatos de cuero o de ante.

Pasos a seguir antes de meter el calzado en la lavadora.

En el caso de que la etiqueta de tus zapatos te dé luz verde a su lavado a máquina, no podrás meterlos directamente. Hay ciertos pasos que tendrás que seguir para garantizar, de un lado, una limpieza en profundidad del calzado y, de otro, un lavado seguro tanto para tu par de zapatos como para tu lavadora.

Respecto a lo primero, la limpieza en profundidad, para garantizarla tendrás que extraer los cordones y la suela interior de los zapatos. Si estos tienen cierres de velcro, tendrás que cerrarlos antes de introducirlos en el tambor.

Si observas alguna mancha muy incrustada, también es recomendable que la trates antes de iniciar el lavado a máquina. Para ello, será suficiente con dejar que el agua corra sobre los restos de suciedad. Si la mancha persiste, puedes ayudarte con un cepillo de dientes viejo.

Una vez realices las operaciones anteriores, solo te quedará un paso para poder meter los zapatos a la lavadora: buscar una bolsa de tela para introducir el calzado durante el lavado. Si no tienes ninguna, puedes optar por otras alternativas caseras, como la funda de una almohada atada por los lados.

Lavado a máquina de zapatos: temperatura y carga extra.

Una vez hayas llegado hasta aquí, solo te quedará poner a punto tu lavadora para garantizar que nada falla en la limpieza de tu calzado. En este punto, los fabricantes de electrodomésticos son claros en las pautas a seguir. Entre ellas, las siguientes no pueden faltar:

1. Controlar la temperatura del lavado, que debe realizarse en frío o a un máximo de 40 grados.

2. No meter el calzado solo. Las marcas hacen mucho hincapié en que se introduzca en el tambor alguna prenda extra, fundamentalmente toallas, que equilibren la carga y eviten problemas en el centrifugado.

De hecho, una opción para extremar las precauciones es, directamente, evitar el centrifugado en el lavado de zapatos puesto que, durante este ciclo, es cuando más se pueden resentir, tanto estos como la lavadora.

Respecto al detergente a elegir hay consenso en que uno líquido, ya sea este ecológico o de fabricación casera, es más adecuado para lavar los zapatos. Si se opta por detergente en polvo, es posible que este no se enjuague totalmente y, acabado el lavado, el calzado presente restos.

Si has comprobado que tus zapatillas pueden meterse en la lavadora y has seguido, paso a paso, las pautas descritas, una vez termine el lavado estas deben haber quedado como nuevas. Con todo, lo único que te quedará por hacer será ponerlas a secar, preferiblemente al aire libre, hasta que la humedad se elimine por completo. En ese momento, podrás empezar a gozar de tus zapatos limpios.

En el caso que no sea posible… lavado a mano con Simple Green

Una de las opciones en este caso es tener a mano una esponja o cepillo suave y el desengrasante ecológico Simple Green. Al ser un limpiador sostenible concentrado, lo podrás mezclar con agua del grifo. En este caso la disolución correcta sería 1 parte de producto por 30 de agua (por ejemplo 25 ml de producto y 750 ml de agua). A partir de aquí podrías rociar los zapatos con el producto, lo dejas actuar durante unos segundos y puedes empezar a frotar suavemente. Después con un trapo no abrasivo los aclaras con un poco de agua y los dejas secar.

Este procedimiento también te permitirá gozar de unos zapatos limpios de un modo sencillo y muy efectivo. Para adquirir Simple Green haz click aquí.